Tal día como hoy, un 19 de marzo, en esta misma ciudad, Cádiz, un grupo de españoles inconformistas decidieron redactar una constitución en contra del rey que había impuesto el mismísimo Napoleón, un rey que jamás fue reconocido en la ciudad de la Tacita, víctima de numerosas burlas y que hasta llegó a tener un mote, dándole renombre en Cádiz como Pepe botella.
Este rey, José I Bonaparte, no lo hizo del todo mal, pero tuvo la mala suerte de nacer francés, y ser solo la sombra de uno de los mayores estrategas de la historia, Napoleón Bonaparte. Si además tenemos en cuenta que desterró al que era rey de España, Fernando VII para colocarse él mismo la corona española, tenía todas las papeletas para que no fuera querido en la ciudad que su hermano, quisiera o no, nunca pudo conquistar.
Me lo imagino sonriente en su trono, con su plebe de francesitos amanerados dándole consejos y glorificando su imagen, abrigo de pieles blancas moteadas, capa roja y bigotillo, festejando su santo en la corte, cuando recibe la noticia: “En Cádiz se ha redactado una constitución en la que no se le reconoce como rey, mi señor.” Seguro que después de esto cogería un gran berrinche saltando y tirándose de los pelos, pidiendo la quema de Cádiz a los cuatro vientos, pateando vistosos cojines con apretados botones, empujando enormes puertas de dorados remaches y maldiciendo a todo aquel que se le pusiera por delante.
Y esto lo estoy recordando 199 años después.
Cerezo In Made, Constitución del 12.
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