domingo, 11 de diciembre de 2011

Domingo, natural.

Normalmente el domingo es un día de reflexión, un día llamado a hacer lo que uno no se puede permitir el resto de la semana. Llámalo descansar, dar un paseo en bici o simplemente escuchar música mientras tienes la cabeza en otra parte.

Los domingos suelen ser días llamados a la pereza, a la tranquilidad, a sonreír enterrado en mantas, al saber estar, a releer por última vez esas páginas que dejaste de estudiar por salir el sábado. Son días lentos, y en el caso de que no tengas nada que hacer (que probablemente no sea así, pero a ti se te olvida) se convierten en días aburridos, días en los que el tiempo parece que se para. Pero recuerda que no es así, y que jamás vas a poder recuperar esos minutos que “aprovechaste” tirado en el sofá.

En esta vida tan solo hay una cosa que no perdona jamás, y ese es el paso del tiempo. Mientras que tú te quedas esperando a que llegue el viernes, los días pasan volando. ¿Cuántos viernes soñaste que llegaran? ¿Cuántos amargos lunes has vivido en tu vida? Intenta exprimir cada segundo, no pretendas ser el pez grande que se come al pequeño, si no el pez peleón, el que no se deja ser comido.

Quique Jiménez Almagro, @AkaJito7

No hay comentarios:

Publicar un comentario