jueves, 5 de enero de 2012

Nuestro particular rompecabezas.

Podríamos decir que somos una pequeña pieza de un gigantesco puzle, anclados fuertemente a familiares y amigos (nuestros círculos más cercanos).

Todos y cada uno de nosotros nacemos con piezas ya ensambladas de serie, y piezas que se incorporarán a lo largo de nuestra vida. Unas quedarán para siempre mientras que otras, debido a que no encajen perfectamente en nuestro puzle, serán sustituidas o directamente suprimidas.

Con todo esto, buscamos poco a poco perfeccionar este bello puzle de nuestra vida con la pieza maestra, una única pieza que ocupe ese lugar vacío y transparente del rompecabezas de nuestra vida.

No siempre nos damos cuenta pero muchas veces, cegados por el interés de llenar ese hueco, la pieza que hemos colocado ahí tapa otras piezas más importantes, entra a horcajadas y empuja a las demás. Unas piezas que han estado embelleciendo nuestro puzle desde que decidiste con todo tu cariño dejarles un hueco en tu particular rompecabezas.

Aprende a cuidar ese hueco, es tu hueco, no quieras rellenarlo con un eslabón que no encaje con tu puzle.

Quique Jiménez Almagro, @AkaJito7

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